Las empresas buscan una solución para realizar un seguimiento digital de las personas que estuvieron cerca de infectados por COVID-19, sin violar su privacidad.
Los gigantes tecnológicos estadounidenses Apple y Google, desarrolladores de los principales sistemas operativos móviles, anunciaron una asociación histórica para permitir el seguimiento digital de personas que estuvieron cerca de infectados por COVID-19 con el fin de limitar la propagación de la enfermedad.
“Google y Apple anuncian un esfuerzo conjunto que permitirá el uso de la tecnología Bluetooth para ayudar a los gobiernos y las agencias de salud a reducir la propagación del virus, poniendo la privacidad y la seguridad del usuario en el centro de su concepción”, dijeron ambos gigantes tecnológicos en una publicación en sus portales, acompañado por un logo conjunto.
Los teléfonos inteligentes con sistema operativo iOS de Apple o Android de Google podrán intercambiar información a través de Bluetooth, a fin de hacer un seguimiento de contactos humanos (“rastreo de contactos”) y alertar a otros usuarios, siempre de forma anónima.
Los CEOs de ambas empresas, Tim Cook y Sundar Pichai, compartieron en redes el anuncio.
A partir de mayo, los usuarios de dispositivos iOS y Android podrán compartir contenido de aplicaciones oficiales de las autoridades de salud pública, descargables desde las tiendas de apps de los dos grupos.
Apple y Google también planean desarrollar “una plataforma más amplia de seguimiento de contactos […] que permita a más personas participar si así lo eligen”.
Los sistemas operativos de ambos grupos rivales son los más utilizados en los teléfonos inteligentes en todo el planeta.
“Dada la urgencia, el objetivo es implementar esta solución de dos pasos mientras se mantienen fuertes protecciones para garantizar la privacidad de los usuarios”, prometieron Apple y Google.
En uno de los documentos linkeados en el blog de Google hay dos gráficos que explican cómo funciona el sistema de manera sencilla.
Dos personas, Alice y Bob, se conocen y tienen una charla de 10 minutos. Los teléfonos intercambian identificadores de forma anónima. No se usarían datos del GPS.
Algunos días después, el hombre es diagnosticado con COVID-19. Ingresa el resultado en una aplicación de un organismo de salud. Con el consentimiento de Bob, el teléfono sube la información de los identificadores con los que tuvo contacto en los últimos 14 días.
Alice no sabía que estuvo en contacto con una persona potencialmente contagiosa. Pero su teléfono baja información periódicamente de los identificadores que fueron testeados positivos por coronavirus. Encuentra un match cuando suben la data de Bob.
Al usar esta tecnología, la mujer recibe una notificación en su celular que le informa que recientemente estuvo en contacto con alguien que dio positivo por COVID-19. Alice, además, recibe un aviso con lo que tiene que hacer a continuación.