Un artículo del Washington Post destacó el aumento del tráfico de cocaína a Europa a través de la hidrovía Paraguay-Paraná, señalando que se ha convertido en una ruta clave para el envío de grandes cantidades de esta droga, aprovechando las debilidades en los controles de seguridad en Paraguay.
Los periodistas que realizaron el reportaje, incluyendo al paraguayo Arístides Ortiz, documentaron su recorrido por el país y su experiencia a bordo de un barco que transportaba productos legales, evidenciando cómo los narcotraficantes adaptaron sus métodos.
El informe menciona que la creciente industria del transporte marítimo ha permitido a los traficantes utilizar esta vía fluvial, que antes no era considerada viable, para mover cocaína desde Bolivia hacia puertos paraguayos y luego hacia el Río de la Plata. Este aumento en el tráfico coincidió con importantes incautaciones en Europa, como la histórica captura de más de diez toneladas de cocaína en Hamburgo en 2023, un evento que avergonzó al gobierno paraguayo.
El reportaje también destaca la falta de preparación de las fuerzas de seguridad paraguayas para enfrentar el crimen organizado transnacional, subrayando que el país carece de radares aéreos, lo que facilita el transporte ilegal desde Bolivia.