La niña Jimena Ríos Sotelo, de 2 años y 8 meses, falleció ayer sábado mientras esperaba un trasplante de corazón. La pequeña, que padecía miocardiopatía dilatada severa, había estado conectada al dispositivo llamado Berlin Heart durante varios meses en el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu.
A pesar de las esperanzas de su familia, el donante nunca llegó y Jimena murió en medio de las celebraciones de fin de año. Su tratamiento comenzó en el Hospital de Itauguá, pero fue trasladada al centro especializado hace aproximadamente cinco meses.
La historia de Jimena resalta la necesidad de concienciar sobre la donación de órganos en el país, ya que, aunque la Ley Anita establece que las personas se convierten en donantes automáticamente al fallecer, la decisión final recae en sus familiares.