La semana pasada, se anunció que la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) decidió suspender su cooperación con la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, basándose en la necesidad de optimizar recursos y fortalecer áreas operativas dentro de la Senad, que cuenta con un presupuesto para 2024 de más de G. 80.000 millones, un aumento modesto respecto al año anterior.
A pesar de esta ruptura, el gobierno paraguayo firmó acuerdos regionales con 18 países de América Latina y el Caribe para combatir el crimen organizado, lo que contrasta con la decisión unilateral de la SENAD.
La falta de comunicación sobre esta medida ha suscitado confusión y críticas en el ámbito político, ya que incluso el comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, expresó no estar al tanto del plan de “restructuración” del gobierno.
Por su parte, el ministro del Interior Enrique Riera y otros funcionarios intentaron aclarar que aunque se corta la cooperación directa entre Senad y DEA, esto no implica un fin total de la colaboración en la lucha contra el narcotráfico, ya que se buscará redirigir los esfuerzos hacia la Policía Nacional, que tiene una mayor capacidad operativa.