Miguel Ángel Insfrán, apodado Tío Rico y señalado como un líder en el narcotráfico, solicitó a través de su defensa ser trasladado desde la penitenciaría de máxima seguridad de Minga Guazú, argumentando que está sometido a condiciones inhumanas. Este presunto narcotraficante enfrenta cargos por lavado de dinero y otros delitos en el marco del operativo A Ultranza.
Su abogado, Álvaro Arias, denunció que Insfrán no puede recibir visitas de familiares ni libros, a excepción de la Biblia, lo que él considera una violación de los derechos humanos. Según Arias, su cliente pasa aproximadamente 22 horas al día en su celda, lo que indica un régimen de detención extremadamente severo que no es apropiado para aquellos que se encuentran en prisión preventiva, sino más bien diseñado para quienes ya han sido condenados.
Recientemente, Insfrán fue trasladado al Hospital Regional de Ciudad del Este por problemas de salud, y su abogado afirmó que, durante este traslado, también sufrió maltratos. Asegura que las condiciones bajo las que se realiza la comunicación entre Insfrán y su defensa son insostenibles, ya que está rodeado de policías y tiene prohibido hablar a solas con su abogado. Esta situación ha llevado a la defensa a exigir un cambio urgente en las condiciones de reclusión del presunto narcotraficante.