De acuerdo a una publicación de la Fiscalía, una investigación sobre la ruta de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, expuso las zonas principales donde se detectan casos de este hecho punible, siendo las mujeres víctimas en la mayoría de estos.
Según explica el psicólogo e investigador del Ministerio Público, José Caballero, este flagelo ha ido extendiéndose a lo largo del territorio nacional en ciudades con importante movimiento migratorio campo-ciudad mediante la proliferación de los circuitos de los agronegocios.
Los testimonios recogidos a través del trabajo de campo señalan que la oferta de menores se registra puntualmente en paradas de camiones, copetines, estaciones de servicios, puestos de venta de bebidas, locales comerciales próximos a terminales de buses, y otros lugares donde frecuentan transportistas.
Menciona, también, el negocio ilícito del tráfico de estupefacientes en las zonas fronterizas, siendo los adolescentes y mujeres jóvenes obligados a actuar de “mulas” o campanas, según los resultados de los estudios de Luna Nueva Base-IS.