Durante su declaración ante el fiscal Osmar Segovia, Carlos Oleñik Memmel, detenido ayer lunes en el marco del Operativo Pavo Real y procesado por presuntamente formar parte de la red de lavado de dinero del narcotraficante Jarvis Chimenes Pavão, negó ser testaferro del brasileño para introducir las ganancias del narcotráfico al sistema financiero nacional.
Así también, negó haber alquilado hangares e intercambiado mensajes con el abogado Adrián Brizuela, quien representó legalmente por varios años a Chimenes Pavão. No obstante, el acusado si habría admitido ser usurero.
Durante el allanamiento en su residencia, se descubrió que Oleñik y su esposa poseen una valiosa colección de arte y otros objetos antiguos. Además, se reveló que la casa de la pareja era un lugar de reunión para influencers del movimiento Honor Colorado.
Para la Fiscalía, Oleñik es alguien de “jerarquía media” en el esquema que supuestamente ocultaba bienes de Pavão, quien está condenado en Brasil a 23 años de cárcel por narcotráfico y asociación para este delito. En total, 41 personas están imputadas tras el operativo ejecutado por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y el Ministerio Público.