La vegetación de bosques no está adaptada a fuego como ocurre en el Cerrado. Las quemas frecuentes e intensas pueden afectar el desarrollo de la regeneración natural. Los continuos episodios de incendios forestales ya arrasaron con miles de hectáreas de áreas boscosas que albergan una vasta biodiversidad, como el caso de las áreas silvestres protegidas.
Para la ingeniera agrónoma y docente investigadora de la UNA, Lidia Pérez de Molas, el peligro para la flora se da sobre todo en el caso de las especies de bosques que no están adaptadas a las quemas periódicas, a diferencia de las que son de áreas de Ecorregión del Cerrado.
“Lo que ocurre es que muchos de estos árboles se mueren. Sobre todo si la quema ha sido muy intensa y recurrente, dos veces en un año o en cada año. Antes también sucedían las quemas en masas boscosas, pero en lapsos más prolongados”, destaca.
Varias de estas especies nativas, que no están adaptadas al fuego, se encuentran además en la lista de amenazas o de peligro de extinción. Entre las especies que tienen la capacidad de resiliencia citó como ejemplo: paratodo, morosyvo, palo vino.
No obstante, el escenario ante las condiciones meteorológicas de la época no es favorable ya que pueden descontrolarse las quemas prescriptas y afectar a otras áreas. Estas quemas además repercuten en la mala calidad de aire.
Parque. Entre las áreas protegidas el Parque Nacional Cerro Corá es uno de los más afectados. Durante siete días se tuvo combate contra el fuego en el sitio y ocho días en el área de amortiguamientos. La pérdida es cerca del 70% de su biodiversidad. Este parque, en Amambay, cuenta con 5.538 hectáreas. 70% aproximadamente es el área afectada en el Parque Nacional Cerro Corá por incendio, que cuenta con 5.538 ha.
En este enlace se pueden verificar las especies en peligro de extinción. http://www.mades.gov.py/wp-content/uploads/2019/10/Resolucion-470-de-fecha-29-de-agosto-de-2019.pdf