El juez José Agustín Delmás había decretado la prisión preventiva con fines de extradición del brasileño de origen libanés, Kassem Mohamad Hijazi, quien fue detenido por liderar un esquema de evasión y lavado de dinero. Presumen que llegó a mover hasta un millón de dólares por día.
En el año 1998 habría comenzado a operar en Ciudad del Este, desde un local denominado Telefax SA, que estaba ubicado sobre la avenida San Blas, en el microcentro de Ciudad del Este.
Después de los atentados contra las Torres Gemelas, el 11 de setiembre de 2001, la región de la Triple Frontera pasó a estar bajo la lupa de organismos de inteligencia de los Estados Unidos y en este contexto el nombre de Kassem se convirtió en un objetivo del Gobierno de EEUU.
Así, en el año 2004, con el apoyo del programa Fuerza de la Ley, la Fiscalía, con apoyo del FBI, empezó a investigarlo por evasión, lavado de dinero y asociación criminal.
Los fiscales del caso, Juan Carlos Duarte, actual asesor jurídico de la represa Yacyretá, y Carolina Rosa Gadea allanaron el local de Telefax SA, donde encontraron dinero regado por todos lados, hasta en la ventanilla del baño. Eran fajos de dólares, reales y guaraníes que contabilizaron la suma de USD 3 millones.
Era tanta la cantidad de billetes esparcidos en la pequeña oficina, que un agente policial del Grupo Especial de Operaciones (GEO) habría tomado un fajo y guardado en su uniforme. El hecho fue observado por el libanés, quien exigió que le devuelva su dinero, recuerda una fuente del procedimiento.
El policía intentó salir del lugar, pero el fiscal Duarte, entonces, ordenó que nadie salga y llevó al policía al baño, donde fue revisado y, efectivamente, se encontró entre sus ropas un fajo de billetes que sumaba unos 10.000 dólares.
DISCO DURO. En ese procedimiento se incautó igualmente de un disco duro, del que se obtuvieron datos de los envíos y a través de qué casas de cambios. La información llevó al allanamiento de casas de cambio, de donde se incautaron de una gran cantidad de documentos que fueron llevados a Asunción en 23 camiones, que fueron totalmente escaneados.
Cuatro años después, en el año 2008, Kassem logró cerrar el caso. Fue imputado, acusado y absuelto. En el juicio se determinó que no había elementos suficientes para sostener una condena.