El grupo armado extremista religioso Talibán “reconquistó” Afganistán en una ofensiva militar de menos de un mes. Su retorno al poder se concretó hoy con la toma de Kabul, la capital de ese país, que a partir de ahora se convertirá en un Emirato Islámico donde las “leyes” de ese credo reemplazarán a cualquier legislación. Esto significa una aterrorizante nueva realidad sobre todo para las mujeres (las mismas durante el mandato anterior del Talibán no podían salir solas fuera de la casa, eran obligadas a casarse con sus violadores, tenían prohibido reír, educarse o incluso hacer ruido al caminar), así como para miembros de la comunidad LGTBI, periodistas, intelectuales o cualquier persona con visiones contrarias al fanatismo islámico de este grupo terrorista.
Quien fuera presidente de Afganistán, Ashraf Ghani Ahmadzai, huyó del país hacia Tayikistán. Los combatientes talibanes, ya tomaron control de casi todo el país, incluido el palacio presidencial y los puntos fronterizos. Su vuelta tan rápida al control de ese país se debe, sobre todo, a la retirada anticipada de las fuerzas militares de Estados Unidos (EE.UU), tras veinte años de ocupación. Una decisión tomada por Donald Trump en su momento y de cuya implementación quedó el actual mandatario Joe Biden. Imágenes desgarradoras recorren el mundo, entre ellos a unos cientos de miles de personas intentando huir de Kabul yendo al aeropuerto y una vez allí, deben enfrentar el caos y la desesperación de miles por escapar. Así también, se dio la liberación de excombatientes yihadistas de las cárceles en distintos puntos de Afganistán