La histórica bajante de los ríos Paraguay y Paraná afecta en gran medida al comercio de importación y exportación, principalmente en los costos de transporte y logística.
Si bien las ventas se mantienen bajas y hay suficiente stock de momento, el empresario naviero Robert Bosch no descartó que se pueda producir a futuro una escasez o desabastecimiento si es que el estiaje del río Paraguay no para. Indicó que las embarcaciones están llegando solo con 50% y 60% de carga.