La Sociedad Paraguaya de Infectología puso a conocimiento de la comunidad educativa (padres, alumnos y docentes) los aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir la modalidad presencial de clases para el periodo lectivo 2021.
La doctora Elena Candia, presidenta de la SPI, mencionó que hay indicadores que deben considerarse para decidir el inicio de clases presenciales; así también se debe cumplir con el protocolo sanitario establecido.
Uno de ellos es la situación epidemiológica local, y el otro, la capacidad de la institución educativa para implementar estrategias de mitigación que contribuyan a disminuir el riesgo de transmisión del virus, en las escuelas, alegó.
“La recomendación es mantener a los estudiantes en pequeñas burbujas, y con un número reducido de personas por cada aula”, subrayó la profesional.
Asunción y Central con alto índice de contagios
Enfatizó que en Central, donde se tienen los indicadores epidemiológicos, el número de casos nuevos por cada 100.000 habitantes, y la tasa de positividad, dan cuenta que hay un alto riesgo de transmisión del virus en las escuelas.
“La propagación de la enfermedad en la comunidad indica que si no se toman las medidas correspondientes que se vienen hablando desde hace un año, se podría tener transmisión dentro de las aulas”, advirtió.
“La propagación de la COVID en Central y Asunción está con una banderita roja, quiere decir que no se está haciendo mucho esfuerzo en la comunidad para frenar la transmisión de la enfermedad; entonces el segundo punto es analizar si la escuela donde se quiere enviar a los hijos es capaz de implementar las estrategias para reducir el riesgo de contagios”, alegó.
Ratificó que si la escuela no tiene lugar establecido para el lavado de manos, o el aula no tiene la posibilidad de abrir las puertas y ventanas, “claramente, lo único que se hará es propiciar el contagio”.
Mencionó que por el contrario, sí la institución educativa pueda hacer la implementación del uso correcto de mascarillas bajo una supervisión estricta, además de disminuir el número de alumnos por salas de clases, mantener el distanciamiento, mejorar la ventilación del aula mediante la apertura de puertas y ventanas; sí podrá contribuir a disminuir los riesgos de contagios.
Insistió en que la distancia física de niños y adolescentes debe ser de dos metros entre un pupitre y otro
Por otra parte, sostuvo que la evidencia científica reciente ha demostrado que los niños son susceptibles al coronavirus, se pueden infectar y contagiar a otros; por lo que se tiene que poner todo el esfuerzo para reducir al máximo el riesgo de contagios en escuelas.
Remarcó que los niños, probablemente no se van a complicar, ya que tienen menos posibilidad de enfermar gravemente, pero los adultos que los rodean sí pueden contagiarse y complicarse.
Mencionó que es recomendable el uso de la mascarilla entre tres a seis horas, y después de ese tiempo deben cambiarse. También es oportuno utilizar los barbijos de tela de algodón, con más de una capa con buena filtración y ajuste, o los tapabocas quirúrgicos.
“La responsabilidad como padres es que los niños tengan una buena mascarilla, bien ajustada”, insistió.
“Existen varias opciones, las mascarillas de tela puede tener una efectividad variable dependiendo del número de capas, de los materiales que se haya utilizado y del ajuste. La recomendación es utilizar una mascarilla con buena filtración y ajuste ya que los niños van a estar en un ambiente compartiendo con varias personas”, señaló.
Lo ideal es que tenga más de una capa, si es de algodón, que tenga mayor cantidad de hilos, para asegurar que se los pueda enviar con un barbijo que pueda filtrar la mayor cantidad de partículas respiratorias o bien se podría utilizar la mascarilla quirúrgica que tiene tres capas y tiene una efectividad mayor al 70%, remarcó en otro momento la doctora Candia.