La lluvia mermó, pero no impidió que decenas de personas lleguen a la Villa Serrana. Monseñor Valenzuela instó a vivir una festividad desde la casa y no ir a la Basílica.
Cientos de personas llegaron ayer hasta la basílica de Caacupé para participar de la misa central de las 7:00 de la mañana y pagar sus promesas, luego de que se anunciara que la celebridad del 8 de diciembre sería a puertas cerradas. La Iglesia Católica pidió evitar ir en gran cantidad.
A pesar de la recomendación de Salud de cerrar el Tupãsy Ykua, el lugar sigue abierto para llevar “el agua milagrosa”. Policías municipales se encargaban de pedir a la gente el uso de los tapabocas y mantener la distancia en la fila.
El monseñor Ricardo Valenzuela subrayó que no pueden correr el riesgo, ni permitir que el “santuario se convierta en un centro o en un foco de contagios para todo el país”. Valenzuela resaltó que la decisión se basa en el respeto de los peregrinos mismos. “Esta vez, la Virgen nos pide quedarnos en casa, y, desde allí seguir toda la fiesta en su honor.
