Si bien existe una bajante del río Paraná, el almacenamiento actual de la Central Hidroeléctrica de la Itaipu Binacional, se encuentra en tendencia de recuperación y según las proyecciones, el domingo 26 de abril se estaría alcanzando el nivel de 219,00 m, por lo que la producción y el suministro de energía están asegurados.
El superintendente de Operación, dependiente de la Dirección Técnica de la Entidad, Hugo Zárate, remarcó que la generación de energía en la usina está garantizada, teniendo en cuenta que las hidroeléctricas que se encuentran en territorio brasileño, aguas arriba, están liberando recurso hídrico, lo cual favorece al embalse de Itaipu.
Precisó que la reducción de la demanda energética por parte de ambos países por la pandemia del coronavirus hace que la producción de Itaipu se reduzca y esta reducción significa menor descarga de agua en la central.
Zárate comentó que existen más de 50 centrales de aprovechamiento aguas arriba de Itaipu, pero la fuente de suministro del embalse proviene, precisamente, en un 80% de dicha afluencia regulada recibida como resultado de las operaciones de esas centrales, y el 20% restante viene de las contribuciones de los ríos tributarios que desembocan en el embalse.
Ese 20% es lo que prácticamente desapareció este trimestre, mientras que el 80% sigue dentro de los parámetros normales para esta época del año. El inconveniente principal es la falta de lluvias sobre el embalse de Itaipu y sobre la cuenca del río Iguazú, sostuvo.
Asimismo, remarcó que por efecto del cese de las actividades de producción de ambos países debido a la emergencia sanitaria, la producción de Itaipu se redujo en un 40 % y eso hace que la descarga sea baja por un lado; pero, por el otro, hace posible almacenar el agua en el embalse, informó la Binacional.
“Itaipu está con disponibilidad de energía suficiente para atender a la demanda si esta aumenta por efectos de la reactivación económica. La sequía afecta a la región, aguas abajo de Itaipu y afecta, en consecuencia, a la usina de Yacyretá”, aclaró.
“Lamentablemente no tenemos perspectivas alentadoras en cuanto a precipitaciones al menos en el corto plazo. En síntesis, la marcada bajante del río Paraná en el trecho entre Itaipu y Yacyretá obedece a la sequía de la región y al bajo nivel de descarga de Itaipu, debido a la reducción de la producción como consecuencia de la baja demanda de energía”, concluyó.