Este viernes, Nicolás Maduro juró su tercer mandato como presidente de Venezuela, en medio de fuertes acusaciones de fraude electoral y el rechazo de la comunidad internacional. Sin embargo, cuenta con el respaldo de los militares y de los poderes del Estado, que consolidan su posición.
La ceremonia se llevó a cabo en la sede del Parlamento, un día después de que la oposición convocara una marcha, durante la cual se denunció un breve arresto de la dirigente María Corina Machado, hecho que el Gobierno desmintió y calificó de falso. Mientras tanto, las aspiraciones del opositor Edmundo González Urrutia de asumir la presidencia parecen cada vez más distantes.
El acto de investidura tuvo lugar al mediodía y estuvo acompañado de una fuerte presencia policial y militar en las calles cercanas al Parlamento, así como un dispositivo de seguridad reforzado por todo el centro de Caracas. Las calles estuvieron parcialmente bloqueadas, el comercio operó con normalidad, pero el tráfico fue notablemente reducido.
El Gobierno venezolano también anunció el cierre de su frontera terrestre y espacio aéreo con Colombia hasta el lunes, en medio de lo que considera una “conspiración internacional”.
Maduro, quien se encuentra en el poder desde 2013, ha sido acusado por sus opositores de ejercer una dictadura, aunque goza del apoyo firme de la Fuerza Armada. Durante su gestión, ha propuesto una reforma constitucional, que según expertos podría limitar aún más las libertades civiles en el país. A pesar de la crítica situación económica, promete trabajar por una recuperación que le permita superar la recesión y la inflación que han marcado su gobierno. Mientras tanto, más de siete millones de venezolanos han abandonado el país debido a la crisis, según cifras de la ONU.
