La alianza rebelde siria, liderada por islamistas, anunció este domingo la toma de Damasco y el fin del régimen de Bashar al Asad durante una ofensiva relámpago. Este anuncio se realizó en televisión y fue celebrado por decenas de personas en las calles, quienes festejaron la caída de un gobierno que ha estado en el poder durante más de 50 años.
Los rebeldes afirmaron que al Asad huyó del país tras perder el apoyo de Rusia, según declaraciones del presidente electo de EE. UU., Donald Trump. Los insurgentes declararon la “liberación” de Damasco y aseguraron haber liberado a prisioneros detenidos injustamente. En medio de la celebración, se registraron disparos al aire y gritos de alegría.
La ofensiva rebelde, que comenzó en la provincia de Idlib, permitió a los insurgentes capturar rápidamente varias ciudades importantes antes de llegar a Damasco.
El primer ministro sirio, Mohamed Al Jalali, expresó su disposición a cooperar con cualquier nuevo liderazgo y afirmó que las instituciones públicas permanecerán bajo su supervisión hasta que se realice una entrega oficial del poder. La situación actual marca un cambio significativo en el conflicto sirio, que ha dejado medio millón de muertos desde su inicio en 2011.