Un grupo de nueve paraguayos, incluyendo tres indígenas y un adolescente, fueron rescatados de una plantación de mandioca en Brasil donde estaban siendo explotados en condiciones de esclavitud.
Los trabajadores eran obligados a realizar labores sin equipo adecuado y vivían en condiciones degradantes, sin acceso a servicios básicos.
En lugar de salario, solo recibían comida y estaban permanentemente en deuda con sus patrones, lo que era similar al sistema de trabajo de los antiguos mensús.
El rescate fue realizado en colaboración entre la Policía Federal, el Ministerio Público del Trabajo y la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas. Los compatriotas fueron trasladados a Paraguay para recibir asistencia legal y indemnización.