Las medidas implementadas por el gobierno argentino están teniendo repercusión en una normalización del tipo de cambio en dicho país, lo que a su vez reduce el incentivo para el ingreso de productos de contrabando desde la nación vecina, según afirman agentes del sector.
En los últimos años, las condiciones económicas de Argentina y el bajo precio de los productos, en comparación con los precios en Paraguay, generaron un caldo de cultivo propicio para la entrada de mercaderías de contrabando. Este fue uno de los factores que incidió en el aumento de la economía informal subterránea, que alcanzó el 47,1% del PIB en el 2023.
No obstante, una desaceleración de la inflación local y el auge de actividades ilícitas en el país están impulsando nuevamente a los consumidores a optar por productos de fabricación nacional o importados de manera legal.
La expansión del consumo local, medida por las cifras oficiales, es en parte consecuencia de que los compradores están dejando de lado los productos de contrabando y están volviendo a adquirir los de fabricación local o importados legalmente.
Las compras realizadas en la ilegalidad del contrabando no son capturadas por las mediciones oficiales del Banco Central. Además, muchas de estas transacciones se realizan en efectivo, por lo que tampoco se reflejan en los volúmenes de compras digitales publicados por las procesadoras de pagos.
Según los datos oficiales, la variación interanual del consumo privado se ubicó en 5,2% en el primer trimestre de 2024, impulsada por el aumento del crédito y las remesas familiares desde el exterior.