El Papa Francisco visitó la prisión femenina de Rebibbia en Roma, en el marco de la celebración del Jueves Santo. La cárcel acoge a 360 reclusas y a un niño.
Desde su silla de ruedas, el Sumo Pontífice lavó los pies de doce reclusas, emulando el gesto de Jesús hacia sus discípulos.
El pontífice pronunció un mensaje sobre el perdón y el servicio, destacando que Jesús siempre perdona y espera que nosotros pidamos perdón.
Tras la misa, recibió regalos elaborados por las reclusas y tuvo un encuentro con el niño que vive en el centro penitenciario.
Esta visita forma parte de la tradición del Papa de celebrar el Jueves Santo en lugares de sufrimiento de la sociedad.