El Ministerio de Defensa de Rusia denunció este fin de semana al Gobierno ucraniano de utilizar armas químicas durante un ataque ejecutado a fin de mes de julio, cerca de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa.
“El 31 de julio varios militares rusos que cumplían una misión en la localidad de Vasilevka, en Zaporiyia, fueron internados en el hospital con síntomas de un fuerte envenenamiento. Según los análisis realizados, en el organismo de los soldados se halló la toxina botulínica del tipo B”, dijo en un informe la cartera de Defensa en Moscú.
Además, recalcó que el Instituto de Medicina Militar de San Petersburgo confirmó que se trataba de la “toxina botulínica”, una neurotoxina “extremadamente peligrosa y prohibida por la Convención sobre las Armas Químicas”. Todas las pruebas serán remitidas la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), en La Haya, Países Bajos.
Por su parte, Ucrania también denunció que las fuerzas del Kremlin bombardearon a civiles no muy lejos de la segunda planta atómica más potente del país.
El uso de armas químicas es un temor repetido desde que el pasado mes de febrero Rusia invadió Ucrania. Cabe señalar que, por el momento no hay registro oficial de que las tropas ucranianas o las rusas hayan recurrido a este peligroso método.