El pontífice católico, en su tradicional bendición “Urbi et Orbi”, frente a 50.000 fieles, en la Plaza de San Pedro en Roma, dio estos mensajes:
-“Hemos visto demasiada sangre, demasiada violencia”.
-“No se acostumbren a las guerras”.
-“Comprometámonos todos a pedir la paz con voz potente, desde los balcones y en las calles”.
-“Llevo en el corazón a las numerosas víctimas ucranianas, a los millones de refugiados y desplazados internos, a las familias divididas, a los ancianos que se han quedado solos, a las vidas destrozadas y a las ciudades arrasadas”.
-“En medio del dolor, faltan signos esperanzadores, como las puertas abiertas de tantas familias y comunidades que acogen a migrantes y refugiados en toda Europa”.