En las últimas 24 horas, el país registró una cifra récord de 474 nuevas víctimas fatales. “Así es la vida”, expresó el Presidente.
Este martes Brasil superó a China en cantidad de muertos por coronavirus. Sin embargo, el presidente Jair Bolsonaro se desentendió de la crisis sanitaria que atraviesa el país y volvió a minimizar la pandemia. “¿Y a mí, qué? No hago milagros”, dijo.
Las últimas 24 horas fueron las peores para los brasileños desde el comienzo del brote. Es que, según fuentes oficiales, se registró una cifra récord de 474 nuevos muertos que elevó el total de víctimas fatales a 5017. De esta forma, el país se puso por delante del gigante asiático, donde se reportaron 4633.
“¿Y a mí, qué? Lo lamento. ¿Qué quieren que haga? Soy Mesías, pero no hago milagros”, expresó Bolsonaro al respecto durante una conferencia de prensa en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.
Del acto también participó Nelson Teich, el flamante ministro de Salud, que reconoció que hay un “agravamiento de la situación”. Además, dijo que esto es especialmente observable en ciudades donde colapsaron las unidades de terapia intensiva, como Manaos y Río de Janeiro.
Sin embargo, el Presidente volvió a minimizar la pandemia, a la que semanas atrás había calificado como una “gripecita”. “Lamento la situación que estamos pasando, nos solidarizamos con las familias que perdieron a sus seres queridos, en gran parte ancianos. Pero así es la vida, mañana me tocará a mí; lógicamente queremos una muerte digna y dejar una buena historia en el pasado”, afirmó.
Durante su discurso, Bolsonaro insistió en que el virus “va a afectar a 70% de la población” y en que morirán los que tengan otras enfermedades, sobre todo los ancianos.
“Lamentablemente es la realidad, muertes habrá, nadie negó eso”, expresó el mandatario, que combatió desde el inicio las medidas de cuarentena y aislamiento social que tomaron la mayoría de los gobernadores e intendentes.
Por su parte, el estado San Pablo, que concentra 45% de los casos, lanzó un alerta para que la población se quede en sus casas, ya que en la capital homónima y en su cordón industrial la ocupación de terapia intensiva era de 80%.
