La doctora Lorna Breen trabajaba en el Presbyterian Allen, en Manhattan. El estado es el epicentro de la pandemia en EEUU.
El estrés, el agotamiento, la impotencia. Todo esto siente desde hace semanas el personal médico que lucha a diario contra la pandemia de coronavirus. Para la jefa del departamento de urgencias de un hospital de Nueva York, fue demasiado. La encontraron muerta este domingo tras confesar a sus familiares que no soportaba ver morir a tanta gente.
Se trata de la doctora Lorna Breen, que trabajaba en el Hospital NewYork-Presbyterian Allen, en Manhattan. La ciudad y el estado de Nueva York sigue siendo el epicentro de la pandemia, con más de 291.996 contagiados y 22.668 muertos, de los 56.253 registrados en EEUU.
“Ella trató de hacer su trabajo, y eso la mató”, dijo el doctor Philip Breen al New York Times sobre su hija, quien siguió sus pasos en la medicina.
El padre dijo que la mujer de 49 años no tenía antecedentes de enfermedad psiquiátrica. Pero comentó que la última vez que hablaron, le pareció que estaba muy “desanimada” y su hija le contó lo insoportable que era ver morir a los pacientes contagiados por el coronavirus, algunos incluso antes de que pudieran sacarlos de la ambulancia.
“Ella estaba realmente en las trincheras en la línea del frente”, dijo Philip Breen al Times. “Asegúrense de que sea elogiada como una heroína”, agregó. “Ella es una víctima tanto como cualquier otra persona que haya muerto”.
Lorna Breen murió en Charlottesville, en el estado de Virginia, donde se había quedado con su familia unos días. Su padre recordó que su hija se había contagiado con el virus mientras estaba en el trabajo, pero que volvió al hospital trabajar después de aproximadamente una semana y media de recuperación. Aún así, la mandaron de vuelta a su casa, y su familia la trajo a Virginia.
Dos días antes de la muerte de Breen, un paramédico de emergencias de la ciudad, que también trabajó en el frente de batalla de la ciudad contra el virus, se quitó la vida.
En este caso fue el joven John Mondello, de 23 años, quien el pasado viernes usó un arma registrada por su padre, un policía retirado de la policía de Nueva York, para matarse en Astoria, Queens, según informaron fuentes policiales al New York Post.
Mondello se graduó de la Academia de Servicios de Emergencias Médicas (EMS) del Departamento de Bomberos a principios de febrero, y luego se dirigió directamente a la Estación 18 en Claremont en el Bronx, que maneja uno de los mayores volúmenes de llamadas al 911 en la ciudad.