Un total de 731 personas murieron en las últimas 24 horas por COVID-19 en Nueva York, la mayor cifra diaria registrada en este estado desde el inicio de la crisis, pero el ritmo de nuevas hospitalizaciones y de ingresos en cuidados intensivos continúa descendiendo, lo que hace pensar a las autoridades que el brote puede estar estabilizándose.
Los últimos fallecimientos elevan hasta 5.489 el total de vidas perdidas por el coronavirus en Nueva York, donde se han confirmado 138.836 casos de la enfermedad, según informó este martes el gobernador Andrew Cuomo.
El máximo diario de muertos llega después de dos días en los que las cifras se habían estabilizado, con un primer descenso en el número de fallecidos anunciado el domingo y una cifra prácticamente plana el lunes, ambas jornadas con menos de 600 víctimas.
“Detrás de todos estos números hay un individuo, una familia, una madre, un padre, un hermano, una hermana. Mucho dolor otra vez hoy”, lamentó Cuomo en su conferencia de prensa diaria.
El récord de fallecimientos se produce en un momento en el que las autoridades consideran que comienza a verse una estabilización de la pandemia en Nueva York, que es el gran epicentro de la crisis en Estados Unidos.
Aunque las nuevas hospitalizaciones volvieron a aumentar en las últimas 24 horas, la media de los últimos tres días apunta a una clara ralentización de los ingresos, explicó Cuomo.
Además, se ha visto un importante descenso en el número de entradas a unidades de cuidados intensivos y de intubaciones.
Según el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, esos indicadores han mejorado claramente en la ciudad, donde se acumulan la mayor parte de los casos del estado, y “algo ha cambiado” durante los últimos dos días.
De Blasio apuntó que las cifras, como poco, están permitiendo a la Gran Manzana ganar tiempo para preparar su sistema de salud, pero subrayó que aún es “demasiado pronto” para sacar conclusiones sobre la trayectoria de la enfermedad e insistió en la necesidad de mantener todas las medidas de protección.
Cuomo, por su parte, señaló que las proyecciones con las que se trabaja ahora mismo apuntan a una posible “estabilización” de la crisis, pero está por ver si se produce una “meseta” de casos o los números comienzan a descender de manera mucho más clara.
Según el gobernador, las autoridades están empezando a planificar de cara el futuro cómo reiniciar la economía regional en coordinación con los vecinos estados de Nueva Jersey y Connecticut y ello, en buena medida, dependerá de la capacidad para hacer pruebas, incluidas de anticuerpos para ver quién ha superado la enfermedad.
Nueva York es el estado más afectado de EE.UU., país que reporta el mayor número de casos de coronavirus en el mundo (casi 370.000) y más de 11.800 muertes, según datos de la Universidad Johns Hopkins.