El presidente ruso Vladimir Putin negó ayer que sea su país el que blande las armas nucleares como instrumento de disuasión ante las presiones occidentales, pero no descartó revisar la doctrina militar, lo que facilitaría el uso de ese armamento contra Ucrania o la OTAN. “La doctrina es un instrumento vivo y nosotros seguimos atentamente lo que ocurre en el mundo, a nuestro alrededor. Y no descartamos introducir algún cambio en esta doctrina”, dijo durante el Foro Económico de San Petersburgo.
Putin respondió así a la pregunta sobre la autorización occidental a Ucrania para que emplee el armamento que le suministraron los países de la OTAN contra objetivos en territorio ruso.
El mandatario ruso recordó que en la reciente entrevista con responsables de las principales agencias internacionales de noticias, incluida EFE, ya subrayó que la doctrina contempla el uso de armas nucleares sólo “en casos extraordinarios”, es decir, que esté amenazada la soberanía e integridad territorial de Rusia.
El problema es que, según la Constitución, el territorio de la Federación Rusia también incluye a la península de Crimea y las otras cuatro regiones anexionadas por Moscú en el este y sur de Ucrania, por lo que cualquier ataque con armamento de precisión y largo alcance podría provocar una respuesta nuclear en caso de que se modifique la doctrina.
Putin también destacó que Rusia retiró recientemente su ratificación del tratado que prohíbe los ensayos nucleares y recordó que EEUU nunca llegó a ratificar dicho documento.
Putin expresó serias dudas de que EEUU se involucre “a nivel estratégico” en un hipotético “intercambio” de ataques nucleares entre Rusia y Europa, por lo que llamó a los países del continente a “pensárselo dos veces” antes de especular con el órdago nuclear.
También recordó que Rusia tiene en su arsenal varias veces más armas nucleares tácticas que el resto de Europa y que éstas son “tres-cuatro veces más potentes” que las que EEUU lanzó en 1945 sobre Hiroshima y Nagasaki (70-75 kilotones frente a 20).
En cuanto a la respuesta “asimétrica” contra Occidente a la que aludió en la entrevista con las agencias internacionales, Putin insistió en que Rusia se reserva el derecho a suministrar armamento a los países o “estructuras legales” que experimentan “presiones”, incluidas militares, por parte de las potencias occidentales. “¿Por qué nosotros no tenemos derecho a hacerlo?”, se preguntó, aunque descartó que Moscú vaya a hacerlo “mañana, mismo”, ya que cualquier decisión de Rusia puede influir en otras regiones del mundo.