Enrique Duarte, titular de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), consideró que si se aprueba un reajuste salarial del 30% como lo plantea la Confederación de la Clase Trabajadora (CCT), el país podría entrar en recesión. Asegura que no descalifica la legitimidad de los reclamos laborales, pero advierte que un aumento de esa magnitud contribuiría a la inflación existente.
Por otra parte, las centrales obreras se mantienen en su pedido de aumentar en G. 600.000 las gratificaciones, a forma de compensar por el nivel de inflación que afecta a los precios de la canasta familiar. Eduardo Ojeda, de la Corriente Sindical Clasista, afirmó que la propuesta de un reajuste del 11% “es una burla y una estafa a los trabajadores”.
Esta tarde se reunirá el Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam) para definir el reajuste para los trabajadores. Estiman que más de 300.000 trabajadores percibirían desde el 1 de julio un incremento del 10%, estableciendo el salario mínimo legal de G. 2.550.000 guaraníes.
