El juego está acabado para la industria petrolera de EEUU, asegura Arthur Berman, experto estadounidense en crudo. Los precios colapsaron y los almacenes están llenos. La única opción para muchos productores es cerrar y quedarse sin ingresos. Luego vienen las deudas, y la siguiente etapa es la quiebra, advierte el analista.
El coronavirus ha cambiado todo. Cuanto más tiempo dure, menos se parecerá el futuro al pasado, dice el experto en su artículo ‘La muerte del petróleo de EEUU’ para el portal oilprice.com.
Es un momento de incertidumbre porque “nadie sabe cuánto tiempo estará deprimida la actividad económica, cuánto tiempo tardará en recuperarse o si se recuperará”.
Según el autor, la energía es la economía y el petróleo es la parte más importante y productiva de la energía.
El consumo de petróleo de EEUU está en su nivel más bajo desde 1971, cuando la producción era solo un 78% de lo que era en 2019. Al igual que el petróleo, también la economía está en declive”, constata Arthur Berman.
Según el analista, el consumo de EEUU ha caído alrededor de un 30%, de 20 mmb/d en enero a 14 mmb/d en abril. La ingesta de las refinerías ya es un 25% menor que en el primer trimestre del año y caerá aún más a medida que el consumo disminuya. Las refinerías cerrarán, pronostica.
El petróleo estadounidense se mezcla con el importado para producir diésel.
“El sistema de extracción, transporte y distribución de recursos naturales del mundo depende del diésel. A medida que las refinerías cierren y se produzca menos diésel, habrá menores niveles de extracción de recursos naturales, menos fabricación y menos compra de bienes”, advierte Berman.