China se detuvo en la mañana de este sabado, para rendir un homenaje a las personas muertas por la epidemia de COVID-19, y observó un silencio nacional de tres minutos.
Las sirenas antiaéreas comenzaron a sonar, y de inmediato las personas hicieron una pausa y el tráfico se detuvo en las calles, al tiempo que trenes, automóviles y navíos hicieron sonar sus bocinas en homenaje a las 3.326 víctimas de la epidemia en China.
En la ciudad de Wuhan, donde el coronavirus fue identificado a fines del año pasado, el personal del Hospital Tongji estaba parado en la parte externa, todos con las cabezas inclinadas hacia el edificio principal, algunos aún con los trajes protectores que se han convertido en un símbolo de la crisis en todo el mundo.
“Siento mucha pena por nuestros colegas y pacientes que murieron”, dijo una enfermera del hospital de Tongji que trabajaba en la primera línea de tratamiento de pacientes con coronavirus, conteniendo las lágrimas. AFP