Centenares de fosas han sido cavadas, mientras el número de muertos por COVID-19 aumenta cada día en el territorio brasileño.
El cementerio municipal de Vila Formosa, el mayor de Latinoamérica, extremó las medidas de precaución para evitar la propagación del coronavirus durante los entierros, los cuales aumentan a medida que avanza la pandemia en Brasil.
Al igual que en el resto de cementerios de Sao Paulo, principal foco de coronavirus en Brasil, los entierros de las víctimas de COVID-19 han sido reducidos a un máximo de 10 minutos, mientras que la presencia de familiares ha sido limitada para evitar los contagios.
Según se constato, tan solo en las primeras horas de la mañana del jueves, los trabajadores del servicio funerario del camposanto de Vila Formosa, protegidos con trajes especiales, máscaras y guantes, sepultaron a tres víctimas de coronavirus y a otras tres personas con sospecha, pero cuyo diagnóstico todavía no ha sido divulgado.
Centenares de fosas han sido cavadas sobre la tierra rojiza mientras el número de muertos por COVID-19 aumenta cada día en Brasil, principalmente en Sao Paulo, el estado más poblado del país con 46 millones de personas. EFE