El Parlamento de Corea del Sur destituyó al presidente Yoon Suk Yeol este sábado debido a su fallido intento de imponer la ley marcial el 3 de diciembre, lo que desató una crisis política sin precedentes y movilizaciones en su contra.
De los 300 diputados, 204 votaron a favor de su destitución por insurrección, mientras que 85 se opusieron, con tres abstenciones y ocho votos nulos. La decisión provocó la celebración de al menos 200.000 manifestantes que se congregaron frente al Parlamento.
Yoon, quien tiene bajos índices de popularidad, sorprendió al país al intentar enviar tropas al Parlamento para impedir que los legisladores se reunieran, argumentando que buscaba proteger al país de amenazas del norte comunista. Sin embargo, esta medida generó un fuerte rechazo y protestas inmediatas, lo que llevó a los diputados a reunirse y derogar la ley marcial en pocas horas. Tras la votación, Yoon anunció que dejará el cargo, instando a poner fin a la “política de los excesos y la confrontación”.
Ahora queda suspendido hasta que la Corte Constitucional valide o anule su destitución en un plazo de 180 días. Si se confirma, Yoon se convertiría en el segundo presidente surcoreano en ser destituido, tras el caso de Park Geun-hye en 2017. Mientras tanto, el primer ministro Han Duck-soo asumirá como presidente interino y prometió garantizar una “gobernanza estable”.
