Las manifestaciones estudiantiles en Bangladesh han derribado un régimen autoritario que gobernó durante más de 15 años. En las últimas semanas, el país ha atravesado múltiples apagones, ha registrado más de 400 muertes y ha sufrido un ataque al palacio presidencial. La crisis política resultante llevó a la renuncia de la primera ministra, Sheikh Hasina, quien junto a su hermana escapó en un helicóptero militar.
La salida de la primera ministra ha marcado el inicio de una nueva etapa para Bangladesh, mientras los ciudadanos esperan el nombramiento del próximo líder del palacio presidencial de Bangabhaban. Se anticipa que el economista galardonado con el Premio Nobel, Muhammad Yunus, será el nuevo jefe del gobierno interino. En un comunicado, la oficina presidencial subrayó la urgencia de establecer un gobierno provisional para navegar esta crisis, afirmando que “el país se encuentra en una fase de transición y es crucial formar un gobierno interino a la brevedad posible”.
Los organizadores de las protestas, conocidos como Estudiantes contra la Discriminación, habían recomendado a Yunus tras una reunión con el presidente, Mohammed Shahabuddin, y las autoridades de seguridad. “Presentamos una lista preliminar para el gobierno interino, que incluye representantes de la sociedad civil y estudiantes. Pronto dialogaremos con los distintos partidos políticos para finalizarla”, declaró uno de los líderes estudiantiles. Yunus, quien actualmente está en París, planea viajar próximamente para asumir su nuevo cargo. “Cuando los estudiantes que han hecho tantos sacrificios me piden que intervenga en este momento crucial, ¿cómo podría rechazarlo?”, comentó Yunus al aceptar la propuesta.
Muhammad Yunus, de 84 años, es conocido como el “banquero de los pobres” y fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2006 por su innovador trabajo en la lucha contra la pobreza. Fundador del Banco Grameen, Yunus implementó un sistema revolucionario de microcréditos que ofreció préstamos a familias de bajos recursos, sin necesidad de garantías. En una época en que los bancos tradicionales se negaban a prestar dinero a personas con ingresos limitados, su enfoque permitió que millones de personas en Bangladesh salieran de la pobreza. Su modelo ha sido replicado en diversas partes del mundo, incluyendo varios países de América Latina.