La Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco) reclaman que una vez más los líderes políticos de turno y aseguran que han mentido en relación con las reformas estatales que se debían implementar. Con cada reforma impositiva, aseveran que lo único que hacen es recaudar más para financiar a un estado cada vez más grande, corrupto, prebendario e ineficiente; con una justicia capturada por el poder político que solo garantiza impunidad y justicia para los amigos y para aquellos que pueden comprarla.
“Desde el sector privado hacemos un fuerte llamado a combatir con firmeza estos factores de inestabilidad jurídica, así como aquellos que generan inestabilidad política, económica y social y afectan principalmente a los ciudadanos como la violencia física urbana y rural, el narcotráfico, las bandas criminales y el EPP”, expresó el ejecutivo.
La última promesa de reforma infructuosa se dio en la administración actual de Mario Abdo Benítez, en el marco de una nueva reforma o modernización tributaria. En esta ocasión nuevamente se firmó un acuerdo ejecutivo-empresarial-político, con el fin de introducir nuevos tributos y cambios para mayor recaudación de otros existentes, esto con la promesa de mejorar compras públicas. Este plan de reformas se diluyó y apareció nuevamente una agenda de reformas en la pandemia. Hasta la fecha estos planes de reformas no avanzaron.
Alegó que para la Feprinco es necesario el respeto a la propiedad privada y señala que la relativización de la propiedad privada debilita nuestro modelo democrático republicano. Según el empresario, el único espacio que nos queda es el de una profunda reforma del Estado que busque ahorro en el gasto corriente, en la planilla salarial del sector público y ahorro en las compras públicas; así como en el combate al contrabando y la informalidad. Según Feprinco, es urgente reducir el número de instituciones con funciones superpuestas y mejorar fundamentalmente la coordinación entre los tres Poderes del Estado con una agenda país que facilite la gobernabilidad política.