El presidente Santiago Peña viajó ayer a Montevideo para mantener una reunión con sus pares de Uruguay y Argentina, Luis Lacalle Pou y Alberto Fernández, a fin de tratar los preparativos en torno a la inauguración del Mundial 2023 en Sudamérica.
Esta reunión, desarrollada en la residencial Presidencial Suares y Reyes, contó también con la participación del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, así como los presidentes de las asociaciones de fútbol de cada país: Robert Harrison en representación de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), Claudio “Chiqui” Tapia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) e Ignacio Alonso de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
El objetivo es que los partidos inaugurales se jueguen en Uruguay, Argentina y Paraguay, y luego se trasladen a Europa para el resto del torneo. Este formato surge como resultado de un acuerdo tras negociaciones entre las confederaciones europea, africana y sudamericana de fútbol para una candidatura única.
“Estaba todo dado para que lo organice España, Portugal y Marruecos y ni les digo si agregamos la capacidad económica. Es muy lindo organizar un Mundial”, dijo el presidente uruguayo Lacalle Pou, quien destacó que hubo “mucha garra, mucha inteligencia y generosidad” durante las negociaciones.
Se espera que la FIFA anuncie oficialmente la asignación de la organización del Mundial 2030 a finales de 2024, marcando así el centenario de la primera edición del torneo en Uruguay en 1930.