Tras pesquisas, el fiscal Miguel Ángel Alvarenga imputó al guardia de seguridad de la distribuidora San Blas de Juan León Mallorquín, lugar donde el sábado se produjo una tentativa de asalto con toma de rehén y que derivó en la muerte de un empleado y uno de los supuestos criminales. Según los agentes, el personal de seguridad habría facilitado datos relevantes a los presuntos asaltantes sobre el movimiento de le empresa, según la sospecha.
De acuerdo con la investigación, el hecho se produjo el 19 de diciembre, a las 16:00, en el centro urbano del distrito de Mallorquín, en el local comercial en cuestión. El procesado está identificado como Rafael Ayala González (45), quien soporta el cargo por robo agravado en grado de tentativa. El mismo se encuentra privado de su libertad en una dependencia de la Dirección de Policía de Alto Paraná, a disposición de la Justicia.
En la ocasión, efectivos policiales de Investigación de Delitos, de Crimen Organizado, Antisecuestro y personal de la Dirección de Policía de Alto Paraná recibieron informaciones confidenciales sobre un supuesto asalto que pretendía cometer una gavilla delictiva en contra de la citada distribuidora.
Los miembros de la fuerza pública montaron una discreta vigilancia a bordo de varios vehículos en las cercanías, hasta que, al llegar la hora indicada, se acercó al lugar un automóvil Chevrolet Prisma, de color negro, con chapa presumiblemente apócrifa, número JBN 380, del cual descendieron cinco hombres con armas largas y redujeron al guardia de seguridad, que no se encontraba en su puesto habitual.
En ese momento, entraron en acción los agentes del orden y altearon a los presuntos delincuentes. Pero, estos reaccionaron y realizaron disparos contra los uniformados y allí se generó un enfrentamiento armado. Luego, los presuntos marginales corrieron por la parte trasera del inmueble e ingresaron a una zona boscosa. En su huida, llevaron a dos empleados como rehenes. Por el camino liberaron a uno de ellos, mientras que el otro, identificado como Jaime Rodrigo Bobadilla Sánchez, fue encontrado muerto horas después, con una herida de bala en el muslo izquierdo y múltiples picaduras de avispas.
Los miembros de la fuerza pública realizaron un rastrillaje por las inmediaciones y se enfrentaron a tiros nuevamente con los asaltantes, circunstancia en la que falleció uno de ellos, identificado como Benicio Paredes Ramírez (44), quien registraba varios antecedentes penales y tenía en su poder un fusil M4, calibre 5.56.
En prosecución de la pesquisa, los investigadores recibieron informaciones precisas de que el guardia de seguridad, Rafael Ayala González, habría proporcionado datos importantes a los asaltantes para facilitar el asalto. El mismo llamativamente en el momento del hecho se habría bajado de la pasarela, que está sobre el edificio, para entregarse presumiblemente a los presuntos atracadores, cuando tenía instrucciones precisas de los patrones de permanecer en su puesto en caso de darse un hecho de esta naturaleza.
Además, uno de los gerentes de la distribuidora San Blas, identificado como Arístides Rodolfo Amarilla, prestó declaración ante la Fiscalía de Yguazú y confirmó que esta fue la segunda vez que son atacados por asaltantes con el mismo guardia de seguridad.
Dijo que en la primera oportunidad, Ayala González no habría cerrado adecuadamente uno de los portones, por donde ingresaron dos hombres a pie, quienes lo redujeron sin mayores problemas. En esa ocasión, los autores se llevaron 50 millones de guaraníes, según confirmó Amarilla.
El fiscal Miguel Alvarenga tuvo en cuenta estos elementos de sospecha para imputar al personal de seguridad y solicitó al Juzgado Penal de Garantías que convierta en prisión su detención preventiva.