La Aduana Argentina ha incrementado los controles en las barcazas que provienen de Paraguay y navegan por la hidrovía de los ríos Paraná y Paraguay, debido a supuestas alertas de riesgo de narcotráfico.
Los procedimientos se concentran en verificar la documentación, los sellos de las mercancías transportadas y el acceso a las respectivas cargas de las barcazas, con la ayuda de agentes especializados y perros antinarcóticos.
Al ser vía fluvial más importante del Mercosur, la hidrovía Paraná-Paraguay es utilizada para el contrabando de drogas hacia Europa. Por este motivo, la Aduana del país vecino estableció medidas más estrictas para evitar el tráfico ilegal de drogas, actuando de acuerdo con el Código Aduanero argentino y el Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay-Paraná.
Según el acuerdo firmado, durante el curso de la hidrovía, las aduanas deben abstenerse de practicar inspecciones o controles a las unidades de transporte, salvo cuando entren a puerto a realizar operaciones.
Sin embargo las aduanas tienen derecho a realizar los controles que consideren pertinentes para garantizar la seguridad del transporte fluvial en caso de sospecha de fraude o tráfico ilegal.