El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se reunió ayer viernes por primera vez con sus 37 ministros en el Palacio de Planalto, donde prometió que trabajará en conjunto con el Congreso para “reconstruir” el país tras el mandato “autocrático” del derechista Jair Bolsonaro.
“Necesitamos tener una buena relación con el Congreso (…) Nuestra tarea es ardua pero es noble. Vamos a tener que dejar este país mejor”, dijo el líder izquierdista de 77 años, que anteriormente gobernó entre 2003 y 2010.
El gabinete con quien Lula discutirá la coordinación entre ministerios y las primeras medidas a ser tomadas, está integrado por políticos y profesionales, incluyendo 11 mujeres, 5 personas afrodescendientes y 2 indígenas. “No somos un gobierno de pensamiento único”, afirmó Lula, quien considera que Bolsonaro dejó al país vecino en “situación de penuria”.
El mandatario también lanzó una advertencia para los ministros que puedan verse envueltos en hechos de corrupción. “Quien haga algo equivocado, sabe que apenas hay una forma de actuar…La persona será simplemente, del modo más educado, invitada a dejar el Gobierno y si cometió algo grave, tendrá que ponerse a disposición de las investigaciones y del Poder Judicial”, aseguró.