Nunca antes la policía había sido el foco de la ira social en Colombia. La institución, que está en la órbita del Ministerio de Defensa y que gozó de popularidad durante el conflicto armado, cometió abusos en las protestas de 2019 que se agravaron, según expertos, durante la pandemia.
El descontento comenzó tras viralizarse el miércoles un video que muestra como Javier Ordoñez, un abogado de 43 años, es sometido por dos efectivos y, ya en el suelo, uno de los agentes le propina varias descargas con un arma eléctricas pese a sus súplicas.
Ordóñez, que según su familia fue detenido cuando salía a comprar licor, murió tras ser llevado a un puesto policial en circunstancias que son investigadas.
Ese episodio de brutalidad policial desató fuertes manifestaciones contra los uniformados que, según la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, opositora al gobierno, recurrieron al uso indiscriminado de la fuerza y armas de fuego durante las protestas.
En la noche de jueves se desencadenaron nuevas protestas, aunque parecían menos intensas en Bogotá que en ciudades como Medellín (noroeste) y Cali (suroeste), donde periodistas AFP observaron fuertes enfrentamientos con la fuerza pública.
Durante las manifestaciones murieron once personas, en su mayoría jóvenes entre 17 y 27 años que fueron baleados. También hay cientos de heridos entre civiles (209) y uniformados (188), pero no se ha informado de policías atacados a tiros mientras que 66 ciudadanos fueron alcanzados por proyectiles.