El 21 de septiembre del 2004, cerca de las 18:45 horas, la joven Cecilia Cubas Gusinky fue raptada en medio de una gran balacera. En la jornada, se cumplen 18 años del primer secuestro con derivación fatal cometido por los criminales que formaron parte de los inicios del grupo guerrillero autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Ese mismo día, los secuestradores se comunicaron con la familia Cubas-Gusinky y en la semana siguiente enviaron la primera foto de Cecilia. Desde ese momento, se inició un proceso de negociación para la liberación de la hija del expresidente de la República y se realizaron dos pagos que ascendían en total a US$ 300.000 en concepto de liberación.
El último contacto de los captores con los familiares de la víctima se dio mediante un correo electrónico el 22 de diciembre del 2004, en el amenazaban el desembolso de una nueva suma de dinero en las próximas 48 horas. Tras esa comunicación no se supo más nada de Cecilia Cubas hasta el 16 de febrero del 2005, cuando fue encontrada en una casa ubicada en el barrio Mbocayaty de Ñemby, la que fue bautizada como la “casa del horror”.
Según el informe forense del médico Pablo Lemir, Cecilia Cubas era dormida con un sedante para ser enterrada viva en la vivienda, donde los secuestradores cavaron una fosa para su destino final, tenía unos 45 días de muerta. Señaló que, de acuerdo con los estudios, fue asesinada entre 30 y 60 días antes del hallazgo.
En el transcurso de la investigación, 20 personas fueron detenidas y procesadas por este caso y cuentan con condenas de entre 5 y 35 años de prisión. Cabe resaltar que, los procesados Juan Arrom, Anuncio Martí y Víctor Colmán se encuentran en Finlandia con estatus de refugiados.
