Pavel Oskin, de 48 años, demuestra que no todos los rusos aprueban las acciones de su presidente Vladimir Putin, tras ayudar a los refugiados ucranianos y encaminarlos a encontrar un trabajo en Praga, la capital de República Checa.
Oskin, un profesional de la fotografía, decidió junto con un grupo de amigos, poder transformar una antigua tienda vietnamita que iba a ser destruida, hoy día es una casa de acogida. Actualmente el lugar alberga a 16 ucranianos, que huyeron de la guerra iniciada hace más de dos meses por los militares rusos en Kiev, Ucrania.
El hombre mencionó más de una vez en algunas entrevistas locales: “Sé tomar fotos y podría ir a la guerra, pero seré más útil aquí. Ayudando, mientras Putin siga esta guerra, yo responderé así, esta es mi guerra”.