Itaipu constató la tala de bosques nativos en la zona de Puerto Indio, Alto Paraná. El área afectada forma parte de la franja de protección del embalse, y resguarda los últimos remanentes del Bosque Atlántico del Alto Paraná. La Binacional coordina con el Gobierno Nacional un apoyo interinstitucional para frenar la ocupación ilegal y la deforestación.
En plena cuarentena sanitaria, Itaipu constató la tala de al menos 11 hectáreas de bosques nativos en la zona de Puerto Indio, Alto Paraná, a unos 100 kilómetros aguas arriba de la central hidroeléctrica, informó la Entidad.
La zona dañada es particularmente sensible, considerando que la franja de protección de Itaipu, constituida por una cobertura boscosa, tiene la función de reducir la erosión y el ingreso de sedimentos y contaminantes al embalse, protegiendo la materia prima para la generación de energía, que es el agua. Asimismo, constituye un corredor biológico que une las reservas y refugios de la Binacional, permitiendo el paso de los animales y la preservación de otras formas de vida silvestre.
A finales de enero de este año, los guardaparques de la Binacional reportaron las primeras talas de árboles nativos en la zona. Ante este hecho, Itaipu solicitó refuerzo policial y procedió a presentar dos denuncias ante el Ministerio Público, una ante la Unidad Especializada de Delitos Ambientales, con sede en Ciudad del Este; y otra, ante la Unidad Penal por invasión de propiedad privada.
En estos meses, se realizaron cuatro constituciones de comitivas fiscales en el lugar, y en todas ellas, los presuntos invasores huyeron del sitio. No obstante, regresaron pocos días después realizando una mayor incursión, tala y desmonte. Finalmente, el sitio deforestado ha sido ocupado por estas personas, autodenominadas campesinos sin tierra, y la tala indiscriminada sigue avanzando, situándose a pocos metros del embalse.
El nuevo caso de invasión y deforestación en Puerto Indio es una de las diversas afectaciones de la que es víctima la llamada poligonal envolvente del embalse de Itaipu, a lo largo de 1.524 kilómetros de extensión.
Hechos como este atentan contra toda la zona de influencia de la represa, por lo que Itaipu viene fortaleciendo el control y resguardo de las áreas protegidas, al tiempo de coordinar el acompañamiento de las demás instituciones del Estado para evitar que la presión del entorno ponga en riesgo un patrimonio natural de todos los paraguayos, y pulmón de la humanidad, considerando que el Bosque Atlántico del Alto Paraná forma parte de la Reserva de Biósfera, reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).