El comienzo de la segunda fase de la “cuarentena inteligente” permitió desde este lunes la vuelta a la actividad de las obras privadas, la actividades deportivas y culturales sin público, y la apertura de las tiendas, incluidos los centros comerciales, que se han tenido que adaptar al “modo COVID”.
Esta segunda etapa de la «cuarentena inteligente», como ha denominado el Gobierno a la retirada gradual de las restricciones, también habilitó la vuelta a las oficinas corporativas del 50 % de su personal, lo que se reflejó también en las calles, más concurridas y transitadas que en las últimas semanas.
En el centro de Asunción, los vehículos ya ocupaban las plazas de aparcamiento e incluso estacionaban en doble fila, como muestra de ese paso progresivo a la actividad comercial y laboral.
Junto a los automóviles, también se observó este lunes mayor frecuencia de autobuses, que tienen permitido transportar hasta a diez pasajeros de pie, además de los que ocupen los asientos.
El paisaje urbano de la capital paraguaya comienza a desprenderse del aspecto fantasmal que mostraba desde marzo, cuando se decretó la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus, para recuperar el movimiento.
La calle Palma, en el microcentro de Asunción, mostraba este lunes algo más de ajetreo, con los vendedores ambulantes apostados en las aceras mientras las tiendas levantaban el cierre esperando a clientes que, por el momento, se mantienen cautos.
Los escaparates han cambiado la ropa de verano con la que los maniquíes se quedaron detenidos en el tiempo por la de invierno, para adaptarse al clima con el que Paraguay recibe la reapertura económica.
Además del cambio de temporada, los cristales también invitan al consumo con ofertas de saldos, descuentos y rebajas, para tratar de salvar casi dos meses sin más actividad que un comercio digital poco avanzado, a través de WhatsApp en muchas ocasiones y sin más catálogos que fotos de los productos hechas durante la conversación entre el cliente y el vendedor.
Con la adaptación al «modo COVID de vivir» del que suele hablar el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, los comercios advierten con carteles de que no se puede acceder sin mascarillas y todos han habilitado el protocolo sanitario: lavabos, jabón, papel y alcohol para lavarse las manos y toma de temperatura antes de ingresar en los locales.
La forma de comprar también ha cambiado y desde este lunes, los clientes esperan en fila en el exterior de los locales para evitar aglomeraciones en el interior.
Con las nuevas medidas sanitarias, tampoco se permite probar la ropa antes de comprar, aunque los comercios garantizan las devoluciones.
Esta segunda fase de la cuarentena inteligente se prolongará hasta el 15 de junio, cuando el Gobierno evaluará el pase a la tercera etapa.
Por el momento, en esta segunda fase continuarán cerrados los restaurantes y bares, que en un primer momento amagaron con abrir este lunes, a pesar de las prohibiciones del Ejecutivo.
Aunque al final acataron las medidas, el sector de la restauración y las autoridades sanitarias tienen prevista una mesa de diálogo esta semana para acercar posiciones y encontrar una solución a sus reclamos. EFE