La cantidad de personas infectadas de coronavirus SARS-CoV-2 ha sobrepasado los tres millones, según recoge la Universidad de Johns Hopkins. El número más alto de casos confirmados los aporta EEUU, seguido de España e Italia. Pero ninguno de estos tres países muestra el mayor índice de letalidad.
Para la madrugada del 28 de abril, EEUU suma 988.189 casos confirmados, casi un tercio de los contagios a nivel global. El total de fallecidos en el país norteamericano supera los 56.000, de los cuales más de 17.000 se han registrado solo en la ciudad de Nueva York.
Entre los países más afectados están también España (229.422 casos), Italia (199.414), Francia (165.963), Alemania (158.758) y Reino Unido (158.348). En Latinoamérica los más afectados hasta el momento son Brasil (67.446), Ecuador (23.240) y México (15.529).
China, donde se originó la pandemia, se ubica en el décimo lugar en cuanto a contagiados, con 83.918 casos contados. Unas 4.637 personas fallecieron en el país, de los cuales 4.512 en la provincia de Hubei, el foco del virus.
La letalidad detrás de la masividad
No obstante, de tratarse de los índices de letalidad (cantidad de fallecidos por casos registrados), la estadística se ve un poco diferente.
El país líder en esta triste tendencia es Bélgica, donde más del 15% de los casos termina en la muerte de los enfermos. Con este índice el país europeo deja atrás a sus vecinos Francia y Reino Unido, segundo y tercer puesto con 13,7% y 13,5% de letalidad, respectivamente.
Esto, a pesar de que Bélgica haya contabilizado solo 46.687 casos de contagio y 7.207 fallecidos.
El país belga es también la nación que lidera la triste lista de fallecidos en comparación con el total de población: 565 decesos por cada millón de habitantes.
En comparación, España e Italia —las naciones europeas más afectadas— muestran un índice de 472 y 424 fallecidos por cada millón de habitantes, respectivamente.
Uno de los principales motivos por los que Bélgica justifica su extremadamente alta tasa de mortalidad es por la “mayor transparencia” que ofrece en los datos respecto al resto de países. Otro factor que ayuda a explicar el número tan alto es que el Ministerio de Salud del país ha optado por contabilizar también los casos sospechosos.
La primera ministra del país, Sophie Wilmes, explicaba a los medios el 17 de abril que “escogimos la mayor transparencia en la comunicación de las muertes vinculadas al COVID-19” y agregó que “no se puede descartar que esas cifras sean sobrestimadas”.